Tuve la oportunidad de entrevistar a Manuel Mata, autor multidisciplinar y, aparentemente, poseedor de un bulbasaur. Charlamos en torno a Pan manchado, su último libro, publicado en Letraversal. Era mediodía y estábamos en una cafetería…
PREGUNTA: Déjame empezar diciendo que todavía no he leído el libro.
RESPUESTA: Ha estado bien. Espero que repitamos pronto.
P: No, jajaja, no… Espera. Siéntate por favor.
R: Jajaja.
P: Es 15 de marzo. Acaba de salir a la venta justo hoy. No me lo he leído porque nadie se lo ha leído y…
R: Podemos esperar hasta entonces. Yo no tengo ninguna prisa.
P: Lo que quiero proponerte es que charlemos en torno a Pan manchado sin centrarnos demasiado en él. Me gustaría abordarlo desde la periferia si te parece bien.
R: ¿Esto es como una de esas… «reseñas de películas que no he visto»? Antes estaban muy de moda. Yo nunca les encontré la gracia.
P: No. Se trata más de abordar el libro desde la periferia.
R: ¿Te gusta la palabra «periferia» o simplemente ves pertinente usarla conmigo porque no vivo en Madrid?
P: No, no. O sea, no pretendía ofenderte con…
R: No me ofendes jajaja. Ni mucho menos. La periferia me gusta. Podemos hacer una entrevista periférica. Me apunto. Lo que a veces me preocupa es que algunas personas utilizan el término «periférico» como sustituto de «superficial», ¿sabes? Entrar en una sala de exposiciones y pegarse una carrerita de diez minutos por delante de las obras no constituye una visita periférica. Si la cosa va de eso, mejor nos esperamos, ¿no?
P: No. Sería más como pedirle a alguien que me explique lo que sintió al visitar una exposición que yo no he visitado. Algo así.
R: Eso está bien. Dispara.
P: Vale. Pues aprovechando que sacas el tema de las obras de arte… Y sin ánimo de parecer superficial, jaja. ¿Puedes hablarme de la portada?
R: Claro, ¿qué quieres saber?
P: ¿Quién es el autor? ¿Por qué lo has escogido?
R: Bueno, para empezar es una autora. No un autor. Se llama Dennise Vaccarello y la he escogido porque es muy buena. Es decir… Cuando Ángelo y Martín me preguntaron qué me gustaría usar como portada me limité a enviarles una pintura que hablaba del deseo hecha por una autora con talento para el deseo, y les pareció bien porque, además de ser una pintura atractiva, estaba en sintonía con las cosas que mi libro intenta defender.
P: ¿Tu libro trata, entonces, sobre el deseo?
R: Sí.
P: ¿El deseo romántico o…?
R: El deseo como resistencia al formato.
P: ¿Te refieres al formato literario?
R: A cualquier formato. Literario, doméstico, plástico… Da lo mismo.
P: Atendiendo a esa premisa, ¿consideras que la literatura experimental es la literatura del deseo?
R: No. La literatura del deseo es la literatura de quien desea a través de la literatura. Creo que hay personas conservadoras a nivel formato literario que hacen excelentes obras relativas al deseo y personas que se encomiendan a la experimentación sin llegar a desear nada. No sé. Hay de todo. Para mí lo importante de un libro es percibir esa resistencia, se manifieste de la forma que se manifieste.
P: ¿Aunque fracase?
R: No. Si fracasa la odiaré con toda mi alma, como es natural. Como algunas personas odiarán mi libro, supongo. En cualquier caso, creo que está en el lugar correcto.
P: ¿El lugar correcto es la Editorial Letraversal?
R: Sí. Letraversal valora esas cosas. Ángelo y Martín son militantes del deseo.
P: Su último libro, Deseo de ser árbol, me encantó.
R: Me alegro. A mí también.
P: Hace poco se ha publicado en Editorial Cántico una antología dirigida por ti de la que el propio Ángelo Néstore forma parte, así como Dennise Vaccarello. ¿Has elaborado el índice de autoras y autores pensando en ese «talento para el deseo»? Si no me equivoco, son nada más y nada menos que… Lo tengo por aquí. Creo que eran cien…
R: Cincuenta.
P: Eso es. Cincuenta personas.
R: Ese tampoco te lo has leído.
P: Todavía no.
R: Jajajaja vale. Em, sí. Sí, claro. Son personas que me parecen capaces de desear en condiciones, que es la única forma de llevar a cabo un acto apropiacionista sin que este sea fraudulento.
P: ¿De ahí el título: De qué hablamos cuando hablamos de amor?
R: Sí.
P: ¿Y por qué no: De qué hablamos cuando hablamos de deseo?
R: Bueno, hace referencia al libro de Raymond Carver. Es un título robado.
P: ¡Ah! La novela de…
R: No. Es un libro de relatos. Raymond Carver no escribió ninguna novela.
P: Sí, sí que escribió… Tiene esa novela sobre el bombardeo de Dresde y hay unos…
R: ¿Matadero Cinco?
P: ¡Eso!
R: Es de Kurt Vonnegut.
P: ¿Estás seguro?
R: Podemos apostar si quieres.
P: Estoy bastante segura de que es de Raymond Carver.
R: ¿Veinte euros, por ejemplo?
P: ¿Qué?
R: ¿Apostamos veinte euros?
P: ¿Por qué no?
R: Los dejamos sobre la mesa y luego lo buscamos en Google.
P: Vale. […]
R: […] Listo. Búscalo.
P: […] Mierda.
R: Gracias. ¿Alguna pregunta más?
P: ¿De verdad vas a quedarte con mis veinte euros?
R: Sí, pero al café invito yo.
P: […]

R: ¿Alguna pregunta más?
P: No. No sé. Sí. Tengo algunas anotadas.
R: Adelante.
P: Son bastante aleatorias.
R: Mejor.
P: ¿Cuál es la mejor película que has visto este año?
R: Everything Everywhere All At Once. ¿La has visto?
P: Es maravillosa. Lloré al verla.
R: ¿De verdad?
P: Sí. Bueno, es que mi pareja…
R: ¿Qué le pasa?
P: No. Bueno, es que se murió hace poco y, bueno…
R: Lo siento mucho.
P: Gracias.
R: ¿Fue por la parte de la lavandería, cuando Waymond le dice…?
P: Sí. Por favor no lo repitas, que puede conmigo.
R: Lo entiendo. Me callo. Toma, te devuelvo tus veinte euros. Pero al café invitas tú.
P: Vale. Esto…
R: Preguntas aleatorias.
P: Sí, perdona. No estoy muy centrada. No siempre soy así.
R: No hay problema.
P: A ver… […] Las anoté aquí todas pero ahora me parecen tonterías.
R: Lee cualquiera.
P: Vale. A ver… ¿Cuál es tu serie de televisión favorita?
R: The Office.
P: ¿Por qué?
R: Me ha ayudado mucho. Me ha hecho reír mucho. ¿Tú la has visto?
P: No, ¿de qué va?
R: De una oficina.
P: Jajaja.
R: De una oficina que se dedica a vender papel, jajaja. Está rodada como un falso documental y básicamente es una obra maestra del humor absurdo y de la comedia de la incomodidad. Está llena de perlas. Si no estás pasando por tu mejor momento, deberías verla. Está para eso. Es una de esas series que siempre transcurren en el mismo lugar, así que al mismo tiempo tiene algo sedante… ¿Cuál es la tuya?
P: ¿Mi serie favorita?
R: Sí.
P: Creo que Fleabag. Me la habré visto cinco veces entera.
R: Adoro a Phoebe Waller-Bridge. Ojalá su cara saliera en las monedas de un euro en lugar de la del rey.
P: ¿Crees que debería salir aún siendo inglesa?
R: Ella se lo merece. Y a fin de cuentas ha hecho más por conectar con nosotros que el rey, ¿no? Ella en la de un euro y Michael Scott en la de dos euros.
P: Pregunta aleatoria: si tuvieses que actualizar todos los euros españoles con personas españolas, ¿cómo lo harías?
R: Mmm. Vale.
P: Dando por hecho que la monarquía no te interesa.
R: La monarquía no me interesa.
P: Vale. Entonces…
R: Entonces… Entonces… En las monedas pequeñas a mí me gusta el rollo que tienen en Islandia, que ponen peces y cangrejos. Pondría, en las de 1, 2 y 5 céntimos, por ese orden: un caracol, un ratón y un conejo. En las de 10, 20 y 50 cambiaría a Cervantes por drags españolas…
P: Jajajaja ¿Por cuáles?
R: Las que más brillen.
P: ¿Y en las de 1 y 2 euros?
R: Autónomos. Que cada vez que alguien se haga autónomo mande una fotografía de perfil a la Casa de la Moneda y se le incluya. Y en las ediciones especiales, como la del Quijote y eso… Frutas.
P: ¿Frutas?
R: Sí, frutas ricas. De temporada.
P: Qué bien.
R: ¿Cuál es tu fruta favorita?
P: Las cerezas.
R: ¿Por qué?
P: No lo sé.
R: ¿Por el sabor o por el momento?
P: La verdad es que no lo sé. Me gusta que sean tan rojas, supongo. Y están muy buenas. Y… Sí, supongo que llegan cuando los días son más largos y…
R: Espera, me llaman del veterinario. Perdona. Tengo que coger.
P: Claro […].
En este punto Manuel salió un momento a la calle a hablar por teléfono. Mientras estaba fuera, detuve la grabación, por si tardaba. Cuando regresó, se me olvidó volver a ponerla en marcha. Hablamos durante un buen rato más y no me di cuenta de que no estaba grabando hasta que nos despedimos. No me atreví a decirle que el final de nuestra conversación, donde más natural resultó todo y de verdad profundizamos en su obra y hablamos más de Pan manchado, se perdió en la cafetería de Lavapiés.
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